Progreso | |
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El progreso es un concepto que indica la existencia de un sentido de mejora en la condición humana y que sean mejores personas.
La consideración de tal posibilidad fue fundamental para la superación de la ideología feudal medieval, basada en el teocentrismo cristiano (o musulmán) y expresada en la escolástica. Desde ese punto de vista (que no es el único posible en teología) el progreso no tiene sentido cuando la historia humana proviene de la caída del hombre (el pecado original) y el futuro tiende a Cristo. La historia misma, interpretada de forma providencialista, es un paréntesis en la eternidad, y el hombre no puede aspirar más que a participar de lo que la divinidad le concede mediante la Revelación. La crisis bajomedieval y el Renacimiento, con el antropocentrismo, resuelven el debate de los antiguos y los modernos, superando el argumento de autoridad y Revelación como fuente principal de conocimiento.
Edmonton | |
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Edmonton ( /ˈɛdməntən/ ) es la capital de la provincia canadiense de Alberta, así como sede de sus poderes y su administración. Está ubicada en la parte central de la provincia, una de las zonas más fértiles de las llanuras canadienses, en torno al río Saskatchewan Norte. 812 201 personas viven en Edmonton,[1] lo que la convierte en la segunda ciudad más populosa de la provincia, detrás de Calgary, la segunda capital de provincia con más habitantes tras Toronto y la quinta de Canadá. Además, su área metropolitana es la sexta más poblada del país, con una población de 1 034 945 habitantes.[2]
La ciudad abarca 683 km², una superficie mayor que la de Chicago, Filadelfia, Toronto o Montreal. Sin embargo, tiene una de las densidades de población más bajas de América del Norte, alrededor del 9,4 % de la de Nueva York. El residente de Edmonton es conocido como edmontoniano.