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Manila (en inglés: [ məˈnɪlə ]; en tagalo: Maynila [ majˈnilaʔ ]; en pampango: Menila; en zambal: Ibali) es la capital de Filipinas y la segunda ciudad del país por número de habitantes.
La ciudad está situada en la costa oriental de la bahía de Manila, en la isla de Luzón, junto a la desembocadura del río Pásig; la ciudad limita al norte con las ciudades de Navotas y Caloocan; al nordeste con Ciudad Quezón; al este con San Juan y Mandaluyong; al sudeste con Makati y al sur con Pasay.
Manila tiene una población total de 1 652 171 de acuerdo con el censo de 2013,[1] siendo la segunda ciudad más poblada del país después de la cercana Ciudad Quezón. La población habita un área de apenas 38,55 kilómetros cuadrados (14,88 mi²), lo que hace a Manila una de las ciudades más densamente pobladas del mundo.[2]
El Gran Manila es el área metropolitana más poblada de toda Filipinas y la décima del mundo, con una población estimada en 20,5 millones.[3]
La ciudad se divide en seis distritos legislativos y consiste en dieciséis distritos geográficos: Binondo, Ermita, Intramuros, Malate, Paco, Pandacán, Port Area, Quiapo, Sampaloc, San Andrés, San Miguel, San Nicolás, Santa Ana, Santa Cruz, Santa Mesa y Tondo. El comercio más activo y algunos de los lugares más históricos y emblemáticos de gran importancia cultural en el país, como la sede del Ejecutivo filipino y la Suprema Corte de las Filipinas, se encuentran en esta ciudad.
Łódź | |
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Lodz (en polaco, Łódź; [ˈwut͡ɕ] ( escuchar)) es la capital del voivodato homónimo y la tercera ciudad más poblada de Polonia, con 687 702 habitantes (2018).[2] Está situada en el centro del país, 121 km al suroeste de Varsovia.[3] El escudo de la ciudad es un ejemplo de armas parlantes, ya que representa un barco (łódź), que alude al nombre de la ciudad.
Lodz fue una vez un pequeño asentamiento que apareció por primera vez en registros escritos alrededor de 1332. A principios del siglo XV se le concedieron los derechos de ciudad, pero seguía siendo una ciudad modesta. Fue propiedad de obispos y clérigos kuyavianos hasta finales del siglo XVIII, cuando Prusia anexó Lodz como resultado de la segunda partición de Polonia. Tras el colapso del ducado independiente de Varsovia, la ciudad se convirtió en parte del Congreso de Polonia, un estado cliente del Imperio ruso. Fue entonces cuando Lodz experimentó un rápido crecimiento en la industria textil y en la población debido a la afluencia de migrantes, sobre todo alemanes y judíos. Desde la industrialización del área, la ciudad ha luchado con muchas dificultades, como el multinacionalismo y la desigualdad social, que se documentaron vívidamente en la novela La tierra prometida escrita por el autor polaco ganador del Premio Nobel Władysław Reymont. Los contrastes se reflejaron en gran medida en la arquitectura de la ciudad, donde coexistían lujosas mansiones con fábricas de ladrillos y antiguas casas de vecindad.[4]
Después de que Polonia recuperó su independencia en 1918, Lodz se convirtió en una de las ciudades más grandes de Polonia y en uno de los centros más multiculturales e industriales de Europa.