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Friedrich Engels[1] (en español a veces traducido como Federico Engels[2][3] en algunos países hispanos; Barmen-Elberfeld, Prusia; 28 de noviembre de 1820-Londres; 5 de agosto de 1895) fue un filósofo, politólogo, sociólogo, historiador, periodista, revolucionario y teórico comunista y socialista alemán, amigo y colaborador de Karl Marx.
Engels era hijo del propietario de una importante fábrica textil en Mánchester, corazón de la Revolución Industrial. Durante su estancia, escribió su primer libro La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845), que influyó a Marx a concebir la dialéctica histórica en términos de conflicto de clases.[4][5] Junto con él, fue coautor de obras fundamentales para el nacimiento de los movimientos comunista, socialista y sindical, como La Sagrada Familia (1844) y el Manifiesto del Partido Comunista (1848). Fue dirigente político de la Primera Internacional (1864) y de la Segunda Internacional (1889). También ayudó financieramente a Marx para que publicara El capital en 1867. Sus actividades periodísticas contribuyeron significativamente a la difusión del marxismo a través de obras como en Anti-Dühring (1877) y Del socialismo utópico al socialismo científico (1880).
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Roma es una ciudad italiana de 3 776 133 habitantes,[2] capital de la región del Lacio y de Italia. Es el municipio más poblado de Italia y la tercera ciudad más poblada de la Unión Europea.[3] Por antonomasia, se la conoce desde la Antigüedad como la Urbe (Urbs). También es llamada "La Ciudad Eterna" (en italiano: Città Eterna).
En el transcurso de su historia, que abarca tres milenios, llegó a extender sus dominios sobre toda la cuenca del Mediterráneo y gran parte de Europa, Oriente Próximo y África del Norte. Como capital del Imperio romano, llegó a ser la primera gran metrópolis de la humanidad,[cita requerida] centro de una de las civilizaciones antiguas más importantes. Influyó en la sociedad, la cultura, la lengua, la literatura, la música, el arte, la arquitectura, la filosofía, la gastronomía, la religión, el derecho y la moral de los siglos sucesivos.
Es la ciudad con la más alta concentración de bienes históricos y arquitectónicos del mundo;[4] su centro histórico delimitado por el perímetro que marcan las murallas aurelianas, superposición de huellas de tres milenios, es la máxima
expresión del patrimonio histórico, artístico y cultural del mundo occidental.